"Sé que las palabras no pueden mover montañas, pero pueden conmover a la multitud. Eso se ha demostrado una y mil veces. La gente está más que dispuesta a luchar y morir por la palabra adecuada que por cualquier otra cosa. Las palabras conforman el pensamiento, despiertan sentimientos y provocan reacciones. Matan y reviven, corrompen y curan. Si ser iterador me ha enseñado algo es que aquellos que utilizan la palabra: sacerdotes, profetas e intelectuales, han cumplido una función más decisiva en el curso de la Historia que los estadistas o los jefes militares. Si podemos demostrar la existencia de un dios, te prometo que los iteradores gritarán esa verdad desde las torres más altas del universo."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)